Hoy Miss Dingle. Mi Casita de Papel hace un viaje a la infancia de la mano de los tebeos y con uno, que aunque no fue el más popular si ocupó un lugar importante en mi infancia.
Perdonad si la calidad de las imágenes no es muy buena – con pintadas incluídas – pero estos Copito han pasado por las manos de varias generaciones, incluidas las actuales, lo que demuestra que una historia divertida nunca pasa de moda.
La publicación de la revista Copito, editada por Bruguera, tuvo dos etapas.
En su primera etapa de publicación, en 1977, el contenido de la revista podría definirse como una rama más de los tebeos de Bruguera, con historias de Copito, nombre adaptado al español de un perro blanco y peludo del cómic franco-francés creado por el dibujante Dupa, y del cual la revista recibía su nombre, pero también con historietas nuevas como Rabín de los Bosques de Pineda Bono o Gatín de Blas Sanchís, entre otros.
Dirigida por Mercedes Blanco Abelaira y catalogada como una «revista infantil», su precio era de 15 pesetas y su formato el habitual de los tebeos de la época, aunque con un diseño que pretendía darle un barniz de modernidad y alejarla de las típicas portadas de los tebeos Bruguera.
En 1980, Copito reaparece con un formato muy similar a la exitosa Don Miki, pequeña y con tapas blanda en cartoné. Su denominación pasa a ser de «revista infantil» a «revista juvenil», buscando un tipo de público de mayor franja de edad. Su precio era de 50 pesetas.
Con 100 páginas, editada de nuevo por Bruguera y dirigida de nuevo por Mercedes Blanco Abelaira, los contenidos de la revista dejaban de lado a los dibujantes españoles para dar paso a un contenido 100% Hanna Barbera y sus personajes, tanto en las historietas como en los pasatiempos.
Los personajes más representativos que pasaron por esta etapa de Copito fueron los famosísimos Jinks, Pixie y Dixie, a los que era imposible leer sin recordar el acento andaluz de Jinks y las peculiares voces de los ratones (¡bendito doblaje!), Los Picapiedra, El oso Yogui,, Don Gato, La tortuga D’artagnan, Huckleberry Hound, El Gorila Maguila, Leoncio el León y Tristón, Los Supersónicos, prediciendo un futuro espacial que todavía no ha llegado y Scooby-Doo, mi favorito, con sus historias de pseudo-terror detectivescas.
Estos personajes conocidos por todos, convivían con otros del universo Hanna-Barbera menos populares como El león Melquiades, El ratón Mush y el Calabaza, Yakki y Chopper, Lupy el lobo bondadoso o los casi desconocidos Gasioso y Achú.
También había comics spin-off como Peebles y Bam-Bam, basado en las historias de la hija de Pedro y Vilma y el hijo de Pablo y Betty.
Y, durante su primer año ¡traían recortables!
Nota: todas las imágenes son propiedad de Hanna Barbera, los autores y editores, o sus herederos legales, apareciendo en este blog a título informativo para ilustrar la entrada.