Pensando como felicitar a todos los seguidores de Mi Casita de Papel, se me ha ocurrido que nada sería mejor que una vuelta a nuestra infancia para hacer aflorar la sonrisa a nuestras caras; y si es en compañía de nuestras compañeras de juegos infantiles, las muñecas, y en un lugar que desprende una magia especial, como el Hospital de Bonecas de Lisboa la felicitación se convierte en un viaje casi perfecto con el que os deseo unas Navidades llenas de felicidad.
En pleno corazón de la Lisboa más bella, en la Praça da Figueira 7, se encuentra uno de los lugares más curiosos que he tenido ocasión de visitar, el Hospital de Bonecas.
Fundado en 1830 en la capital portuguesa, esta singular loja conserva todo el espíritu de la tienda original decimonónica y ese encanto inherente a todas las tiendas antiguas portuguesas, del que es difícil abstraerse.
El Hospital De Bonecas fue originariamente un herbolario, como aún podemos leer en el letrero de la tienda, que formaba parte del mercado que albergaban los bajos de las casa y los puestos en los que se vendían todo tipo de productos, dotando de vida y color a esta emblemática plaza portuguesa.
Este herbolario estaba regentado por Doña Carlota, una mujer de avanzada edad que se sentaba en la puerta de su negocio mientras confeccionaba pequeñas muñecas de trapo que eran la alegría de los más pequeños. Con el paso del tiempo, estas muñecas tan bonitas como delicadas, se iban deshilachando y deteriorando y los padres se las llevaban a doña Carlota para que las arreglara. Fue así como esta mujer se convirtió en una especie de doctora que curaba a las muñecas y como las hierbas secas de su tienda comenzaron a convivir con el Hospital de Bonecas, hasta que desaparecieron para dejar sitio a todos los enseres para curar a las pequeñas amigas de los niños.
El Hospital de Bonecas, no es sólo un lugar donde personas de Portugal y de España envían sus juguetes más queridos para que sean reparados, sino que es también una tienda donde se pueden encontrar todo tipo de complementos para las muñecas y accesorios para las casa de muñecas de todas las épocas. Y, por supuestos, unos preciosos recortables, que yo creía que estaban ya descatalogados y que no dudé en traerme para compartir con todas vosotras en próximas entradas.
Además alberga un pequeño museo permanente, cuyo ticket ya promete una visita inolvidable, ya que es una preciosa muñeca de cartoné brillante con la historia de la loja en su reverso. El precio de la entrada son 2 euros, que estoy segura de que disfrutaréis como niñas, ya que podréis ver desde las muñecas más antiguas hasta las más modernas, con mención especial a nuestras Nancy, Leslie y Barriguitas, que, sin querer pecar de nostálgica, me parecen mucho más bonitas que las actuales.
Fui realmente afortunada de poder hacer una visita particular a la tienda, visitando todas sus estancias, talleres y exposición, guiada por la encantadora Manuela, con la que tuve el placer de conversar sobre la tienda y sus pequeños habitantes.
En cada puerta que se abría, con cada habitación que visitaba no podía evitar decir un «preciosas, son preciosas», quedándome boquiabierta ante las muñecas más antiguas de porcelana y de madera en un estado de conservación excelente.
Antiguos autómatas, conviven con muñecos mediáticos y modernas muñecas publicitadas hasta la saciedad. Pero no sólo se pueden ver juguetes sino otros instrumentos y aparatos de otras décadas que sirven, además, como atrezzo a la exposición.
Cajas llenas de cabezas, brazos y piernas llenan las estancias, como instrumentos de recambio de una ferretería. Plástico y tela, agujas y pequeños instrumentos conviven en esta tienda donde TODO es artesanal y se realiza a mano.
En unas estanterías, perfectamente etiquetadas se encuentran las muñecas malitas, con su diagnóstico, esperando para ser curadas. En otras estanterías, embaladas con mimo están las muñecas reparadas y en perfecto estado para ser entregadas a sus familias.
En las fotografías he intentado que podáis ver lo que alberga el Hospital de Bonecas. En uno de los talleres estaban trabajando dos compañeras de Manuela y os aseguro que es genial poder compartir durante un rato el laborioso trabajo al que se dedican. No he sacado fotos de ese taller para respetar su trabajo y no abusar de su amabilidad; esa es la razón por la que la foto que aparece es de uno de los talleres vacíos.
También me gustaría pediros disculpas porque quizás la calidad de las fotos no es la mejor, pero reconozco que, como en el caso de el Museo permanente de Casas de muñecas de Manoli Barros, priorizo el contemplar con calma lo que me rodea, la conversación, el saber cómo y porqué de la mano de estas mujeres tan singulares, en el sentido más positivo de la palabra, como los sitios que regentan. Las fotos carecen de significado artístico, sólo pretenden ser un documento gráfico de lo que he visto.
Comentaros que, si queréis hacer alguna adquisición, al Hospital de Bonecas de Lisboa no le gusta demasiado la tecnología moderna y no aceptan tarjetas de crédito, así que recordad llevar dinero en efectivo. Y, aunque esto os pueda parecer extraño, incluso han recibido premios por ello.
Cualquier excusa es buena para visitar Lisboa, descubrir cada uno de sus rincones y conocer a sus gentes; el Hospital de Bonecas es una estupenda opción para apuntar en vuestra agenda sobre lugares singulares y llenos de historia.
Si queréis saber más sobre muñecas antiguas podéis visitar en mi blog La Casa Victoriana, las entradas dedicadas a las Peg Wooden Dolls y las Jameau Dolls.
Desde Mi Casita de Papel os deseo unas Navidades llenas de felicidad.